Visita
Después del contacto inicial, es necesario concertar una visita para conocer personalmente al propietario del alojamiento y realizar un recorrido por la propiedad. Durante este encuentro, se analizarán los detalles específicos de la gestión del alquiler, las condiciones del inmueble y los servicios ofrecidos a los huéspedes (como normas de convivencia, mantenimiento o protocolos de llegada), con el fin de garantizar transparencia y alinear expectativas para ambas partes.
Puesta en marcha
Tras formalizar los acuerdos, se procede a la puesta en marcha del alquiler, integrando todos los aspectos pactados: desde las normas de convivencia (horarios de silencio, uso de áreas comunes) hasta los servicios ofrecidos (limpieza periódica, wifi, suministros básicos). Además, se establecen protocolos claros para la entrega de llaves, el manejo de incidencias técnicas y la comunicación con los huéspedes, asegurando una experiencia fluida. Para reforzar la confianza, se incluye un manual de bienvenida con información útil (transporte cercano, recomendaciones locales) y contactos de emergencia, garantizando que tanto la propiedad como la atención al cliente operen bajo los estándares acordados.